TEMBLORES

Los temblores son movimientos involuntarios, rítmicos y oscilatorios de grupos de músculos agonistas y antagonistas, que generalmente involucran las manos, la cabeza, la cara, las cuerdas vocales, el tronco o las piernas. El diagnóstico es clínico y se clasifican por su eje clínico que involucra principalmente el momento motor en el que se presenta pudiendo ser de reposo o de acción; y el de acción a su vez subdividido en postural, de intención y asociado a movimientos simples o la combinación de todos estos fenómenos motores; también se puede subdividir en isométrico que es durante los movimientos o isotónico, que es postural -sin desplazamiento de la extremidad- pero contra una carga específica como sostener un objeto con las manos; también se dividen por su eje etiológico en idiopático familiares y esporádicos o asociado a mutaciones genéticas específicas. Pueden presentarse como síntoma aislado o asociados a otras condiciones médicas, por lo que es importante ser evaluados por profesionales de la salud con entrenamiento en neurología y trastornos del movimiento.

El temblor más frecuente en la población general es el conocido como temblor esencial que es una condición neurológica que provoca un temblor regular principalmente de las extremidades superiores y que puede involucrar también, la cabeza, la voz, las piernas o el tronco y es el principal diagnóstico diferencial con la enfermedad de Parkinson. El temblor puede ser leve al inicio y gradualmente progresar a un grado moderado o grave, generando discapacidad progresiva importante sobre todo para el uso de herramientas y utensilios, así como para la escritura. Cuando es leve generalmente no requiere tratamiento médico, sin embargo, si es moderado a grave existen diferentes formas de manejo tanto farmacológico como quirúrgico. Si la incapacidad que genera el temblor es grave y no presenta respuesta a los medicamentos o hay intolerancia a los mismos, a través de cirugía por lesión en el su núcleo del tálamo o estimulación cerebral profunda que puede ser uni o bilateral, modulando a través de corriente eléctrica pulsada este mismo subnúcelo.

Existe un tipo de temblor especial conocido como temblor ortostático, es un trastorno del movimiento neurológico progresivo, caracterizado por temblores de alta frecuencia (arriba de 13 ciclos por segundo), predominantemente en las piernas cuando se está de pie, y una sensación inmediata de inestabilidad que obliga a las personas que lo padecen a sentarse en muchas ocasiones; sin embargo, va mejorando al caminar. Este tipo de temblor puede tener asociación familiar o ser esporádico y mejora generalmente al manejo con benzodiazepinas y en los casos refractarios se puede intentar también cirugía funcional. El manejo general consiste en evitar las circunstancias que pueden agravar el síntoma como el desvelo, el ayuno, el estrés, el esfuerzo físico extenuante, ejercicios de gimnasio con mucho peso y algunos medicamentos que pueden empeorar el síntoma.